jueves, 12 de mayo de 2016

1786- 1825. La familia Díaz de Bedoya en el Paraguay.

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Retrato de Gaspar Rodríguez de Francia.
La madre de la patria (Fuente: ABC Color)
Doña Juana María de Lara es una de esos personajes de la historia paraguaya cuya celebridad va en proporción al desconocimiento que se tiene de ellos. Su fama se limita en que todos sabemos que tuvo una activa participación en los hechos que llevaron a concretar nuestra emancipación política allá por 1811.
Pero, ¿qué más sabemos de ella?
Doña Juana María de Lara y Villanueva provenía de una importante familia española radicada en el Paraguay; nació en Asunción en 1760 -tenía 51 años cuando ocurrió la independencia patria-, hija de Carlos José de Lara y Luisa Villanueva y Otazú. En 1786 contrajo matrimonio con el capitán José Díaz de Bedoya, también de familia patricia, con quien fueron padres de Ventura Díaz de Bedoya, quien se distinguió como gran abogado, recibido en Buenos Aires.
En 1806, doña Juana María de Lara enviudó de su marido, dedicándose a profesar en la tercera orden franciscana y desempeñándose como mayordoma de la iglesia de San Francisco, para luego pasar a ocuparse de las mismas funciones en la iglesia catedral, cuyas campanas hizo sonar en la noche del 14 al 15 de mayo, anunciando el nacimiento de la república paraguaya.
Por su matrimonio con don José Díaz de Bedoya, estuvo emparentada con doña Manuela Díaz de Bedoya, quien fue madre del general Vicente Barrios, casado con Inocencia López Carrillo; con don Saturnino Díaz de Bedoya, casado con Rafaela López Carrillo , ambas hijas del presidente Carlos Antonio López; y con don José Díaz de Bedoya, miembro de la oposición al lopizmo e integrante del Triunvirato formado en la posguerra, de triste fama por aquel funesto hecho de la venta de las platerías de las iglesias, cuyo importe se los metió en sus faltriqueras, por lo que el vulgo lo llamó "José Candelero". (Hay de todo en la familia.)
Como varios protagonistas de la independencia, doña Juana también conoció la cárcel por orden del dictador Francia, quien algún tiempo después le autorizó a recluirse en su casa con la prohibición expresa de recibir visitas, pese a ello, en varias ocasiones desafío la orden, ayudando a las otras víctimas del francismo. 
Doña Juana María de Lara falleció en Asunción en 1825, apenada por ver a su patria sometida a los caprichos de un dictador.
Los Díaz de Bedoya escaparon del dictador Gaspar Rodríguez de Francia y se instalaron en Salta, Argentina, quedando parientes en la provincia de Corrientes. 
Secundino Díaz de Bedoya, mi abuelo, comenzó a llamarse Bedoya solamente al entrar al Colegio Militar. José Joaquín Díaz de Bedoya fue quien se estableció en la provincia de Salta.